febrero 22, 2009

Puedo...




Puedo ponerme cursi y decir que tus labios me saben igual, que los labios que beso en mis sueños. Puedo ponerme triste y decir que me basta con ser tu enemigo, tu todo, tu esclavo, tu fiebre, tu dueño y si quieres también puedo ser tu estación y tu tren, tu mal y tu bien, tu pan y tu vino, tu pecado, tu Dios, tu asesino o tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra, a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea. Puedo ponerme humilde y decir que no soy la mejor, que me falta valor para atarte a mi cama. Puedo ponerme digna y decir "toma mi dirección, cuando te hartes de amores baratos de un rato, me llamas" y si quieres también puedo ser tu trapecio y tu red, tu adios y tu ven, tu manta y tu frío, tu resaca, tu lunes, tu hastío o tal vez ese viento que te arranca del aburrimiento y te deja abrazado a una duda en mitad de la calle y desnudo. Y si quieres también puedo ser tu abogado y tu juez, tu miedo y tu fe, tu noche y tu día, tu rencor, tu por qué, tu agonía o tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfombra, a la orilla de la chimenea a esperar que suba la marea. O tal vez ese viento que te arranca del aburrimiento y te deja abrazado a una duda en mitad de la calle y desnudo. O tal vez esa sombra que se tumba a tu lado en la alfoimbra, a la orilla de la chimenea a esperar...

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